Fisura Anal

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Fisura Anal

Una fisura anal es un desgarro en la mucosa del ano, por debajo de la línea dentada, que generalmente causa dolor intenso al defecar, sangrado y ardor. La mayoría de las fisuras anales ocurren en la línea media posterior del ano, mientras que entre el 10% y el 15% de los casos ocurren en la línea media anterior.

Muy rara vez ocurre una fisura anal fuera de la línea media. Muy frecuentemente se confunde con hemorroides, aunque la principal característica de la fisura anal es el dolor intenso que genera temor para evacuar. El paciente lo refiere como dolor rectal y manchado con sangre fresca en el papel sanitario.

Como prevenir la fisura anal

Prevenir la fisura anal es posible adoptando hábitos que promuevan la salud digestiva y reduzcan la presión y el esfuerzo durante la evacuación intestinal. Es fundamental consumir una dieta rica en fibra que incluya frutas, verduras, granos enteros y legumbres para ablandar las heces y facilitar su paso a través del tracto digestivo. Mantenerse bien hidratado es crucial, por lo que es importante beber suficiente agua a lo largo del día para mantener las heces suaves y fáciles de evacuar, evitando así el estreñimiento. Es vital evitar el esfuerzo excesivo al evacuar; si hay dificultades, se puede considerar el uso de un suplemento de fibra o laxantes suaves, siempre bajo supervisión médica.

Una fisura anal es un desgarro en la mucosa del ano, por debajo de la línea dentada, que causa dolor intenso al defecar, sangrado y ardor. La mayoría de las fisuras anales ocurren en la línea media posterior del ano, mientras que entre el 10% y el 15% de los casos ocurren en la línea media anterior. Muy rara vez ocurre una fisura anal fuera de la línea media. Las fisuras anales se clasifican en agudas (recientes) y crónicas (persistentes por más de 6 semanas).

Los síntomas más comunes de una fisura anal incluyen dolor intenso durante y después de las evacuaciones, sangrado rectal (generalmente notado en el papel higiénico), picazón y ardor en la región anal. El dolor puede ser tan severo que genera temor a evacuar, lo que puede llevar al estreñimiento y empeorar la fisura.

Cuando los tratamientos no quirúrgicos no son efectivos, se puede considerar la cirugía para tratar una fisura anal. Los procedimientos quirúrgicos más comunes incluyen:

  • Esfinterotomía Lateral Interna: Este procedimiento implica realizar un pequeño corte en el esfínter anal interno para reducir la presión y permitir que la fisura sane. Es el tratamiento quirúrgico más común y efectivo para fisuras crónicas.
  • Inyección de Toxina Botulínica (Botox): La toxina botulínica se inyecta en el esfínter anal para relajarlo, lo que ayuda a reducir el espasmo muscular y facilita la cicatrización de la fisura.
  • Advancement Flap: En casos más complejos, se puede utilizar un colgajo de piel o mucosa sana para cubrir la fisura y promover la cicatrización. Este procedimiento es menos común y se utiliza generalmente cuando otros tratamientos han fallado.